sábado, 26 de septiembre de 2009

VENTANA IIII


Teniamos que llegar a la otra orilla de la semana.
Estaba en la lona como de costumbre.
8 am/ copa de pacharan /carajillo/
el escayolista bebia /largando puñados humo.
Yo ayudante/cafe con leche.
Teniamos que llegar a la otra orilla de la semana.
Una francesa/ dormida en su casa/ hacia más de 10 dias.
Es alergica a la escoba/ a la cocina/a madrugar/ la chupa excelente.
la encontró dando vueltas por la noche.
Ella pidió una raya/se la convidó en el departamento.
La chupa excelente/duerme con la boca abierta.
12 am.
El escayolista revolvia yeso / fumando un porro/
Hablandome de la francesa/mañana la echo
Bebiamos latas de cerveza/ cubríamos el cielo con esparto y yeso
14 am. Bocadillo/cerveza/ carajillo/en mi taper con ravioles/ una cucaracha muerta.
Me tiene loco la hija de puta/mañana la echo.
En un saco junto latas vacias/ pedazos rotos de yeso /
mientras la dueña de casa mira prensa rosa.
Despacio tranquilo/nos pagan por horas.
En dos días más la tiro a la calle.
Teniamos que llegar a la otra orilla de la semana.

viernes, 18 de septiembre de 2009

VENTANA III


Hablo por telefono con mi abuelo/ Esta en el hospital/ muriendo.
Gas helio.
Su voz apenas un aire débil/ que expulsa palabras que me cortan a pedazos.
kelvin.
Apoyo la cabeza contra el telefono/ imagino el oceano separandonos/ la imposibilidad de tocar su mano/ del abrazo.
Tubos de cobre.
No te hice caso y lei libros/ solo libros. No te olvides de los oficios/me decías/estudia refrigeración conmigo.
no lo hice.
Lana de vidrio.
No puedo llorar/ estoy en una maldita cabina de locutorio.
Tubos de oxigeno.
Siento en la garganta un puñado de espinas.
Neveras a corazon abierto/El oceano en medio.
Tengo tristeza en los cinco litros de sangre de mi cuerpo.
Ballenas westinghouse de costillas blancas.
Un abrazo telefonico Lord Kelvin.
Aire frio.

martes, 15 de septiembre de 2009

VENTANA II


Con los ojos llenos de calles sucias de papeles y botellas vacías contra cordón de la vereda.
De guiños de luces fluorescentes, de horizontes de barras de bar.
Con los ojos llenos de supermercados apestando de gente que corre por una barra de pan.
De edificios con caries, de negros, chinos, marroquíes, rumanos, bolivianos, colombianos, ecuatorianos, argentinos, uruguayos, chilenos que deambulan con el alma en el bolsillo.
Veredas como mapas llenas de cicatrices y cagadas de perro, esperando tu desafortunada pisada.
Con los ojos clavados en el techo de la habitación, contando los mosquitos que aguardan su oportunidad.
Con los ojos mirando cómo se mueven tus labios insonoros.
Con los ojos llenos de maletas a punto de estallar, de billetes de autobuses, de ropa revuelta, de colchones abandonados junto al contenedor.
De locutorios que conectan con el mas allá, de llantos ahogados en las cabinas, de interminables números y prefijos que alimentan tu alma.

lunes, 14 de septiembre de 2009

VENTANA I


Paula con una jeringa hipodérmica se metía en las venas 20 caballos al galope con las crines al viento.
Descendían a toda marcha hacia la pradera del corazón. Desde los ojos azules asomaban hocicos de caballos jadeantes con la lengua llena de espuma.
A veces aspiraba caballos con jinete y todo, sobre el mármol de un baño.
La ansiedad la empujaba con ropa y zapatillas hacia la ducha fría. Permanecía allí abrazándose las piernas con la lluvia cayendo como ramas de sauce.

Salía de la bañera como del mar. Caminaba por la playa del pequeño departamento dejando huellas.
Vivía con su madre en el barrio Orriols. Donde se amontonan como hojas secas los parados.
Era medio día, tocaron el portero. Dos grandotes venían por la deuda.
Dio un salto al vacío desde el balcón con los caballos trotando en sus venas.