lunes, 22 de noviembre de 2010

Empantanado


Mi mejor poeta no puede escribir.
De eso no se habla.
A un boxeador derrotado le das palmadas en la espalda y a la ducha.
Cuando los moretones se disuelven comienzan los interrogantes.
Dos letras delante, dos atrás, esquivo, tecla, tecla, esquivo
derechazo, espacio, punto.
Cuando baje del avión en Pajas Blancas, llevare una caja de bombones. Llena de
heridas y tropiezos con dos sobres de azúcar para alimentar al poeta.
Voy a contarle que cavé una línea que terminó en dos puntos y me sobrevolaron los libros a cada palada.
Que caminé 10 horas con una bandeja cargada de cervezas,
arranque naranjas por céntimos el cajon.
Leí para el que no podia leer, mentí por el que no tenia voz ni ojos.
Dormí debajo de un puesto de feria, sobre una alfombra voladora de carton.
Que mi venas fueron las calles por donde pasaron los camiones etilicos de Al Capone.
Que cuando tuve miedo puse sobre la tetilla izquierda un libro, que aleteaba como un pollo para salvarme de las balas.

miércoles, 4 de agosto de 2010